Hace tiempo no escribía aquí por varias razones: falta de tiempo y principalmente falta de energías. Es hora de retomar por el momento la costumbre.
En algún momento en la U leí a cierto autor q postulaba q el ser humano construía realidades a través del lenguaje, cosa q creo totalmente. Q cuando pasamos de la idea a la palabra, transformamos nuestro micro mundo, y de hacia afuera. Por lo cual, escribir sobre lo q ha pasado durante el último puto año transforma en realidad todo lo q ha pasado.
Partí el año sin pega, sin plata y con desilusiones románticas. Cuando conocí a ese personaje. Como mi vida se resume a un gran cri cri romántico, pasar por la etapa de "me gustas/me gustas mucho" fue raro y aún peor por la etapa "pq ya no me llama? sere yo jebus?". Aún recuerdo esa semana de mi vida q no lloré pero puta q sufri. Me sentí la protagonista de una canción de DeSaloon. Mal.
De ahí encontré una pega q no era buena pero daba dinerillo pa la semana. Donde recorri todo q es Puente Alto, con sus luces y (muchas) sombras. Ahora q lo veo a la distancia, tuvo varias cosas buenas, más tiempo pa dedicarme a otras cosas, beneficios para mi salud (adelgace sus kilitos ahi jeje) y sobretodo para mi corazón. Ahí conocí a mi actual compañero de ruta, mi amigui, mi pololo, el partner q no pensé conocer (q mamona, pero es cierto). Costó darme cuenta si, pero lo importante es q tomé el riesgo y no salí trasquilada.
Y de ahí vino la oscuridad. La enfermedad de mi papá, los problemas con la clínica, la angustia, las esperanzas q se deshacían, el sufrimiento de mi viejo y el sentir una rabia y una impotencia que hasta el día no se van, que se mezclan con un dolor q a veces no se siente, otras q no permite ni respirar, pero q siempre está ahí, latente.
El duelo por un ser querido tiene distintas formas. Al principio es una cierta incredulidad frente a la situación. Como una especie de negación, como q esto no ha pasado, q es un mal sueño, q todo se arreglará mágicamente y estará ahí la persona, con nosotros, como antes. Después tratamos de resignarnos, y de repente, sin aviso, cae el tejazo. Los recuerdos, los momentos vividos, las risas, las peleas, cada pequeño instante de la vida compartida con el otro. Y ahi el dolor punza fuerte, muchas veces sin aviso. Ayer me pasó q estaba viendo una obra de teatro y una de las actrices hace un pequeño monologo sobre la muerte de su padre, y me empieza a doler el pecho, a anudar la garganta y me da un pequeño ataque de llanto. Pq es dificil seguir adelante, sobretodo cuando la muerte fue de una manera no natural. Siento q con mi padre no dejé cabos sueltos, pq tuve la suerte de tener un excelente papá con quien siempre conversé y solucioné cosas, pero todo lo q sufrió es un dolor q se quedó con nosotros, y q será complejo de superar. Y esa herida todavía esta ahi, abierta.
Y sigo en otro trabajo. Más oficinesco, más burocrático, más fome. Supongo q no entré en un buen momento, pq además del tema del duelo q quita ene ganas en las cosas en general, el trabajo es muy fome, entonces voy casi en piloto automático a trabajar. Lo bueno es q tengo compañeritos de trabajo q hacen más agradable la cosa. Igual cuando pueda, voy a arrancar de ahi y andar en moto por Sudamérica a lo Ché.
Y eso es mi vida ahora. Esperando encontrar rumbo.
Por mientras, su temita musical ad hok.
Pucha el año para movido oye! La única sensación que me deja todo lo que escribiste es lo importante de vivir a concho. Tanto lo bueno como lo malo, porque al final todo sirve para algo (supongo).
ResponderEliminarY acá estamos pue! ud sabe cuando necesites compartir una chela/conversación amena, sabes donde encontrarme jaja.
Buena música tb, no cachaba el video de la Valenzuela. Dedito para arriba.
Saludos!
p.d: quiero escribir el mío, pero me da pudor.