Advertencia: somos ex PUTA CESANTÍA y en este blog usted leerá peinadas de muñecas sin filtro y sin cuidado de lenguaje. Decida si desea continuar, ya está advertido.
martes, 31 de mayo de 2011
Terapia jesmarina, parte III: vivo en un país de mierda.
Esto es innegable. La calidad de la educación en este país es realmente como las weas. No hay manera de defenderla. A través de mis padres, siempre me he sentido participe del mundo de la educación, a pesar de no estudiar algo directamente relacionado con ello. A través de ellos, he visto y vivido la realidad de los profesores de este país, que tienen que ser sicologos, trabajan horas extras cuando cada fin de semana preparaban las clases y revisaban pruebas, tienen q imponer disciplina "pero con cariño", ademas de enseñar, entregar valores y buscar marcar la diferencia en la sociedad. Y ahora, que estoy haciendo clases de inglés a adultos para el programa Chilecalifica, veo que la cosa es peor aún. Que con cuea entendemos lo que leemos en español, y peor aún si se traslada a una lengua extranjera. Que las personas que acuden a estos programas son pobres que dificilmente saldrán de ese circulo. Y es penca, triste, pero real.
Y la salud? la distribución del ingreso? la preocupación por el medio ambiente? la preocupación-respeto por el otro? igual de mal.
Todo mal. Yo agarro mis cositas y me voy a otro lado.
El problema es q en ese otro lado, echaría de menos este país de mierda.
Me imagino lo frustrante que debe ser estar enseñando en un lugar donde sabes que la mayoría no podrá salir de ahí (si es que no todos).
Es cierto eso que dices que son de todo, me acuerdo cuando mi amiga profe me contaba que sus alumnas le pedían consejos amorosos-sexuales, porque no tenían con quién hablar y no cachaban una. Tuvo que ser consejera, hermana mayor o madre, sin siquiera serlo en la vida real.
Igual hay buenos y malos, como en cualquier pega. Nunca olvidaré mi profe de historia que nos hacía leer guías y luego hacia interrogatorios. Lo único que había que aprenderse eran las fechas, porque era lo único que preguntaba. ¿Aprendí algo? ehmm no.
Y si te vay fuera, obvio que vay a extrañar. Si al final también hay cosas buenas: comida, tu gente, no nos tiene en la mira ningún terrorista (somos pocos y muy lejos), etc.
Me imagino lo frustrante que debe ser estar enseñando en un lugar donde sabes que la mayoría no podrá salir de ahí (si es que no todos).
ResponderEliminarEs cierto eso que dices que son de todo, me acuerdo cuando mi amiga profe me contaba que sus alumnas le pedían consejos amorosos-sexuales, porque no tenían con quién hablar y no cachaban una. Tuvo que ser consejera, hermana mayor o madre, sin siquiera serlo en la vida real.
Igual hay buenos y malos, como en cualquier pega. Nunca olvidaré mi profe de historia que nos hacía leer guías y luego hacia interrogatorios. Lo único que había que aprenderse eran las fechas, porque era lo único que preguntaba. ¿Aprendí algo? ehmm no.
Y si te vay fuera, obvio que vay a extrañar. Si al final también hay cosas buenas: comida, tu gente, no nos tiene en la mira ningún terrorista (somos pocos y muy lejos), etc.