Advertencia: somos ex PUTA CESANTÍA y en este blog usted leerá peinadas de muñecas sin filtro y sin cuidado de lenguaje. Decida si desea continuar, ya está advertido.

miércoles, 11 de mayo de 2011

S.O.S: QUIERO MI INDEPENDENCIA!!

Tengo 26, terminé una carrera y llevo 4 años buscando la anhelada pega estable (sin evidente resultado).

Vivo con mi mamá y mi hermano, pero podría confesar que no los soporto como compañeros de hogar. No es un sentimiento antojadizo, debo aclarar, tiene relación con mil cosas. En el día a día son pequeñeces de convivencia que van sumando, pero obviamente nada es por que sí y todo tiene su lado más profundo (espero que la emoción no me haga escribir cosas demás).

Ser niña es sinónimo de a veces no cachar nah. La educación de los padres y la vida misma nos van formado y hace que armemos una opinión de la vida, valores, respeto, etc. Salir, conocer gente, convivir y a veces el no convivir con otras personas, hace que uno se arme una idea de sociedad y de cómo funciona. Bueno, parece que mi idea de sociedad, su funcionamiento, el manoseado y poco entendido “sentido común”, dista bastante de lo que creen o practican las personas con las que vivo. Hago una hincapié en el pensamiento y el actuar, porque si no hay consecuencia ninguno sirve, ninguno funciona.

Confieso que siempre fui pava para todo y aceptaba mi vida como venía, sin cuestionamientos. Si estaba en un colegio que no me gustaba, lo expresaba y mis viejos no hacían nada al respecto... “bueno ya, filo. Me lo banco”. Si estudiaba en la cresta del mundo y me demoraba dos horas ida y dos vuelta… “bueno ya, filo. Me lo banco”. La vida pasaba y yo aceptaba todo así no más, total al final del día tenia una casa acogedora en la cuál disfrutaba estar. Habían cosas que no me gustaban, pero las justificaba. Si me compraba un postre para ver el programa de la noche y mi hermano se lo comía, me molestaba, alegaba un rato… “pero filo”. No había una real queja. No había freno.

Y resulta que mientras crecíamos ya no se trataba de un simple postre, empezaban a ser cosas más importantes y más grandes, sobretodo porque el respeto no es tangible. Y cuando la cosa llegó a un punto insostenible, me quejé… pero en serio. No habían “ya filo” o “me lo banco”, era una queja profunda y en la cuál creo firmemente aún. Apelé al sentido común, al respeto, respetar el espacio del otro. Poder hacer lo que quieras no significa que no pienses en el otro y que el asunto se convierta en algo egoísta. Me encantaría prender la radio a todo volumen a las 4 am a pito de nada, pero soy conciente de que hay personas que descansan en el mismo lugar y debo respetarlos. Puedo prender la radio a las 17 hrs y lo disfrutaré igual.

RESPETO, qué palabra tan potente y tan mal entendida.

Cito:

El respeto como virtud moral

El respeto también puede considerarse como punto medio entre dos extremos vistos por exceso y por defecto.

(…) Por exceso: el abuso o desmedida de los límites preestablecidos para un correcto orden y trato de las personas o situaciones de cada individuo, lo que lleva a conflictos con los otros como también la imposición de límites y/o normas a fin de superar la crisis del abuso y restablecer el orden de los derechos de cada individuo.

La cosa es que con mi “queja en serio” la casa acogedora ya no fue más. Fue el salto para que la idea de independencia se hiciera más potente y al final de cuentas NECESARIA. Hace un año que no siento esa cosa de llegar a casa, sentarme en cualquier parte y disfrutar. Mi pieza es mi refugio, pero también mi prisión. Soy como un arrendatario que se siente ajeno en los espacios comunes. Ni siquiera me siento como visita, porque a ellas se les trata mejor.

Y aquí es dónde cae de cajón la cesantía. Acá es cuándo ya no es sólo un problema de dinero, sino de urgencia primera porque sin pega estable la independencia se convierte en un sueño inalcanzable. Y es deprimente.

Si, soy más fuerte ahora. Si, soy más feliz conmigo misma ahora. Si, mi vida ya no pasa por el lado sin que no me haga cargo. Pero es triste igual, porque todo el tiempo el deseo de independencia está como primera necesidad (y estar las 24 hrs del día acá tampoco ayuda).

No tengo cierre de este post, porque no tengo idea de cómo solucionar el problema. Si lo supiera no escribiría acá. Sólo sé que las energías la saco de “no se dónde” y sigo peleándola. Porque juro y me re juro que esto no me la va ganar y que cuando mire pa atrás voy a ver la tremenda mujer que soy.

2 comentarios:

  1. Pucha ñoña q lata tu situación, pero tenis q seguir peleando, no bajar los brazos, pq en algun momento TIENE q cambiar la cosa.
    Por el momento solo te mando mis buenas vibras, cuando sea millonariamente pobre te invito a una chelilla y nos deprimimos juntas.
    Saludos!!

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